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Mostrando entradas de noviembre, 2014

La recuperación, mito o realidad

              En un escenario adverso , con un presupuesto para el 2015 de crecimiento y con un indice de confianza en nuestras instituciones de los mas bajo en los últimos 35 años no vamos a ninguna parte. Estamos inmersos en un sistema de cambios, tecnológicos, científicos, sociales y políticos, donde prima el conocimiento sobre el resto de las cosas, dónde las oportunidades están al alcance de la mano, para aquellos que con su esfuerzo  tesón y preparación lleguen  a ellas. Todavía se sigue resistiendo la vieja guardia pretoriana a abandonar el barco del  "vivir del cuento" y de la España de la mediocridad dónde el enchufe es el protagonista de la corrupción endémica de parte de las instituciones. Hoy uno de ellos se jactaba del tiempo que llevaba, con una convicción fuera de contexto, a lo mejor es que huele a podrido y se retira para que no le salpique el caldo que va dejando por donde va pasando por las instituciones píublicas, quien sabe, si ahora la caña se la dan a

LA MARCA ESPAÑA II

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            Sigue la orquesta tocando todos los días la misma música, desde hace años y los que nos gobiernan miran para otro lado,esperando que escampe, que caigan todos en el saco del olvido, la operación saqueo no se olvida, y se deben ir todos,desde Figueras hasta Almeria, a la mínima sospecha, deben ser relegados de los cargos,pero quien los relega, los mismos que los nombran. España ha sido un país donde los nombramientos de los cargos públicos han sido a dedo,, donde los principios de mérito y capacidad sólo se le han aplicado a los funcionarios y ...habrá algunos de los que han sido nombrados también a dedo, y por muchas leyes que haya ,va a seguir lo mismo, no existe  un código ético que impida que estos secuaces sigan haciendo de las suyas al amparo de las leyes por ellos mismos dictadas.La sociedad Española ha llegado al hartazgo de todos estos saqueadores, que han hecho carrera política solo para enriquecerse de forma personal y sin pudor alguno, cómo sabían que no les i